Como resultado del embarazo el aparato nefrourológico experimenta una serie de cambios, estos son:
Riñón.
En etapas tempranas de la gestación, la filtración glomerular aumenta 50% al inicio del segundo trimestre y el flujo plasmático renal aumenta aun más. El aumento de la filtración glomerular persiste hasta el término, aunque el flujo plasmático renal decrece durante etapas avanzadas del embarazo.
Se pierden aminoácidos y vitaminas hidrosolubles en la orina de las embarazadas en mucha mayor cantidad que fuera de la gestación.
La creatinina sérica y el nitrógeno de urea disminuyen de una media de 0.7 y 1.2 mg /100ml a 0.5 y 0.9 mg/100ml. La depuración de creatinina durante el embarazo debería ser 30% mayor que los 100-115 ml/min que normalmente se determinan en mujeres no embarazadas. La depuración de creatinina es útil para calcular la depuración renal durante el embarazo.
Durante el día las embarazadas tienden a acumular agua en forma de edema de partes declives y en la noche en posición de decúbito movilizan ese líquido y lo excretan a través de los riñones. El que una embarazada no excrete orina concentrada después de interrumpir la ingestión de líquidos durante casi 18 horas no significa que haya daño renal. De hecho, en esas circunstancias actúa de manera perfectamente normal al excretar líquido extracelular movilizado de osmolaridad relativamente baja.
La glucosuria no necesariamente es anormal. El aumento de la filtración glomerular junto con la alteración de la capacidad de resorción tubular de la glucosa filtrada contribuye a la mayor parte de los casos de glucosuria. Aunque la glucosuria es frecuente durante el embarazo, no debe ignorarse la posibilidad de diabetes mellitus cuando se detecta.
La proteinuria no es evidente durante el embarazo, excepto en ocasiones en cantidades leves durante o poco después de un trabajo de parto vigoroso.
La hematuria, cuando no es producto de la contaminación durante la obtención de muestra, casi siempre sugiere diagnóstico de enfermedad de vías urinarias. El trabajo de parto y parto difíciles, pueden causar hematuria por traumatismo de la porción inferior del aparato urinario.
Uréteres.
Vejiga.
Estudios demuestran que un 20% de las embarazadas comunicaron síntomas de incontinencia urinaria.
Hacia el término del embarazo, sobre todo en primigestas en quienes la presentación suele encajarse antes del trabajo de parto, la base de la vejiga es empujada adelante y arriba convirtiendo la superficie convexa en cóncava. Además, la presión de la presentación altera el drenaje sanguíneo linfático de la base vesical y suele dar origen a edema en la región, fácil traumatismo y susceptibilidad a infecciones.
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